¿Qué cambios se producen con el nuevo etiquetado?, ¿a qué afecta?, ¿cómo puede repercutir en mis consumos energéticos a largo plazo? Explicamos todos los cambios.
Nuevo etiquetado energético
Desde el 1 de marzo de 2021 se ha incorporado oficialmente y de forma obligatoria el nuevo etiquetado de eficiencia energética para electrodomésticos. Esto supone una nueva estructura de clasificación de los electrodomésticos en términos de eficiencia energética, volviendo a la escala inicial de la “A” a la “G”, con una simplificación de la etiqueta energética.
Estas nuevas etiquetas son, al igual que las anteriores, de uso obligatorio. Actualmente ya están disponibles para el público, tanto en tiendas físicas como en sitios de venta online, informando sobre las características técnicas de frigoríficos, congeladores, vinotecas, lavadoras, lava-secadoras, lavavajillas, y pantallas electrónicas (TV y monitores). El próximo 1 de mayo se ampliará este grupo de productos de consumo incluyendo los neumáticos, y más adelante, a partir del 1 de septiembre se incluirán también las fuentes de iluminación.
¿Qué cambios se producen con el nuevo etiquetado?
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El cambio solo afecta a la letra del etiquetado, sin afectar técnicamente a la eficiencia energética actual de los productos. La nueva clasificación va desde la letra A (mínimo consumo) hasta la letra G (máximo consumo energético), desapareciendo la anterior nomenclatura que iba desde la A+++, A++ y A+ hasta la D.
Esto puede suponer que un electrodoméstico que antes tenía clasificación A++, pase ahora a tener una clasificación C, sin que signifique que haya disminuido su eficiencia. Se deberá estar atento a las especificaciones técnicas del producto y la valoración que obtiene dentro de la nueva escala. Este nuevo sistema deja espacio para que electrodomésticos más eficientes ocupen las clasificaciones más altas, que otros con mejoras de eficiencia. De este modo la clase A inicialmente quedará sin referencias de similitud en el nivel de eficiencia de consumo, en comparación al anterior sistema de etiquetado.
¿Qué información incluye el nuevo etiquetado y cuál es su interpretación?
La finalidad de este cambio en el etiquetado es, aparte de volver a un uso más simple de las categorías de eficiencia, el de ofrecer una información más clara y comprensible para el usuario acerca de los consumos de cada electrodoméstico, diferenciando claramente las opciones más eficientes entre las ofrecidas en el mercado. Las nuevas etiquetas ofrecerán tres bloques de información.
- El consumo y nivel de eficiencia energética que tiene el electrodoméstico
- Datos sobre consumos de agua, capacidad de almacenamiento, nivel de emisiones sonoras, entre otros.
- La duración en minutos de los programas ECO de cada electrodoméstico, permitiendo al usuario conocer el consumo con antelación.
- Un código QR para facilitar al usuario el escaneo y poder acceder fácilmente a toda la información del producto.
Existen algunos casos específicos como es el de lavadoras, lavavajillas, lava-secadoras y frigoríficos entre otros, en los que se incluirá información adicional sobre los consumos de sus funcionalidades específicas. En el caso de las lavadoras, lavavajillas, y lava-secadoras informarán sobre el consumo en 100 ciclos de actividad. En el caso de los frigoríficos se informará sobre el consumo anual del electrodoméstico, y para el caso de las pantallas e iluminación, se informará por cada 1.000 horas de consumo.
Repercusión en consumos energéticos a largo plazo
A nivel de consumo energético la adquisición de electrodomésticos de alta eficiencia energética, en especial aquellos como el frigorífico que funciona las 24 horas del día, puede suponer unos ahorros conjuntos en un hogar de hasta un 30% de promedio al mes. Con la entrada en vigor el 1 de junio de la nueva estructura tarifaria en todo el territorio nacional, va a cobrar mayor importancia el uso de electrodomésticos cuya eficiencia energética sea capaz de ahorrar en sus consumos eléctricos.
Si desplazamos el uso de los electrodomésticos de mayor consumo a los periodos tarifarios más baratos (valle y llano), y tomamos una serie de medidas tales como ajustar nuestra tarifa de la luz a nuestro consumo real, la instalación de autoconsumo fotovoltaico para producir nuestra propia energía, y hacemos un correcto estudio de la eficiencia energética de las estancias de la vivienda, esto nos permitirá obtener ahorros extra a final de mes en la factura de la luz, además de mejorar la eficiencia energética del hogar, y reducir nuestra huella de carbono.